Las noches de verano, cuando habían andado mucho tiempo por los caminos pedregosos, por las orillas de los viñedos o por el camino real en pleno campo, y los trigos ondulaban al sol, mientras perfumes de angélica embalsamaban el aire, una espeie de sofocacion los sobrecogía y se echaban de espaldas, aturdidos, embriagados
La educación sentimental
Gustave Flaubert
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