lunes, 30 de junio de 2014

Un cuarto propio: V

"[...] A Cleopatra no le gustaba Octavia. ¡Y qué profundamente distinta habría sido Antonio y Cleopatra si le hubiera gustado! Tal como está escrita -pensé, permitiendo que mi mente se apartase de La aventura de la vida, me temo- todo el asunto está simplificado, convencionalizado, me atrevería a decir, absurdamente. Lo único que Cleopatra siente por Octavia son celos. ¿Es más alta que yo? ¿Cómo se peina? Tal vez la obra no exigía más. Pero qué interesante hubiera sido si la relación entre las dos mujeres hubiese sido más compleja. Todas las relaciones entre mujeres, pensé recordando rápidamente la espléndida galería de personajes femeninos, son tan sencillas. Se han dejado tantas cosas afuera, sin intentar, Y traté de recordar entre mis lecturas algún caso en que dos mujeres estuvieran presentadas como amigas. Hay un intento de ellos en Diana of the Crossways. Hay confidentes, por supuesto, en Racine y en las tragedias griegas. Hay de vez en cuando madres e hijas. Pero casi sin excepción las mujeres son mostradas en su relación con los hombres. [...]"

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