viernes, 12 de septiembre de 2014

Senescencia

Las fotos de papá y mamá cuando eran jóvenes y no existíamos: "papá y mamá". Intentar no pestañear. El oscilar del título de una película. Cuando chiquito: "Si me saco los mocos y los junto en un frasco, ¿cuántos frascos puedo llenar?". Estar en casa de la abuela y ponerse dedales en todos los dedos. Que el vello se vuelva rubicundo en verano, con la piel morena, cuando la luz lo alcanza de soslayo. Leer un libro de encuadernación cosida y alcanzar las páginas en que los hilos se perciben. Las flores perladas al comienzo de la mañana. Hurgar en librerías durante una tarde de lluvia. Pensar en qué sucedería si pudiéramos vernos a nosotros mismos, como todos nos ven, desenvolviéndonos naturalmente en la vida. Apretar los párpados con fuerza y tener caleidoscopios por ojos. Hacerse el dormido al lado de alguien y sentir los sonidos de su propio silencio. Ver naranja cuando cerramos los ojos mirando al sol. Descubrirse un nuevo lunar. Desear no morirnos; morirnos.

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