jueves, 9 de octubre de 2014

en la agonía de las flores/el presente nunca acaba

"He aquí que entra el aire suave, el aire de la mañana, dulce y virginal: como si nos acariciara amablemente, familiarmente. Maravilla siempre renovada, el rejuvenecimiento del mundo surge de la noche para todos, viejos y jóvenes. Pretenden que la juventud está hecha para la juventud, pero la juvenil naturaleza también va hacia la vejez con naturalidad; eres capaz de disfrutar; disfrutar más la vejez que la juventud. Pues ésta no tiene conciencia de su valor; sólo lo tiene la vejez. Sería espantoso que sólo la vejez viniese hacia la vejez. Que permanezca aparte en su rincón..." (Carlota en Weimar, T. Mann)

"¡A qué mezquindades, pequeñeces y miserias puede llegar un hombre! ¡Qué cambio! ¿Sería posible? Todo es posible, todo le puede ocurrir a un hombre. Un fogoso adolescente de nuestra época retrocedería espantado si le enseñasen su propio retrato. Llevad en el transcurso de vuestra vida, desde los tranquilos años de la juventud hasta los severos años viriles, llevaos con vosotros todos los impulsos humanos, ¡no los abandonéis en el camino, porque después no los podréis recoger!
La futura vejez, amenazadora y terrible, no devolverá nada. La tumba es más compasiva que la senectud; en esta se grabará: Aquí yace tal hombre. Pero nada puede leerse en los rasgos fríos, insensibles e inhumanos de la vejez." (Las almas muertas, N. V. Gógol)

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