domingo, 16 de noviembre de 2014

"Así se excitaba y atormentaba, aunque con un cierto sentido de diversión. Estas preguntas no eran nuevas o improvisadas, sino antiguas y amargas, habiéndole atormentado durante mucho tiempo. Toda esta angustia presente se había engendrado tiempo ha y había ido madurando y acumulándose en la forma de una terrible pregunta que atenazaba su corazón y razón e irresistiblemente gritaba en demanda de solución. Y en ese momento la carta de su madre caía sobre él como un rayo. Estaba claro, ya no era cuestión de pensar, ser pasivo y razonar sobre preguntas que no tenían respuesta, sino que había llegado el tiempo de hacer algo, rápidamente, inmediatamente. Debía llegarse a una solución y hacer una cosa u otra, o...
"¡O renunciar a la vida!", gritó de repente en pleno éxtasis, "y, obedientemente, someterse al destino, tal cual es; ¡ahogarlo todo y renunciar al hecho de obrar, vivir y amar!""

No hay comentarios:

Publicar un comentario