Color, casta, nombre
son asunto del tiempo.
La más divina clasificación
de la muerte no los conoce.
Como en el sueño, se olvidan los matices
y se dejan atrás los credos
y los dedos grandes y democráticos
de la muerte borran las etiquetas.
La raza a ella no le importa.
De crisálidas rubias
o pardas
ella saca igualmente mariposas
que de su oscuridad emergen.
Lo que la muerte muy bien sabe
nuestras menudas intuiciones
no lo juzgan plausible.
son asunto del tiempo.
La más divina clasificación
de la muerte no los conoce.
Como en el sueño, se olvidan los matices
y se dejan atrás los credos
y los dedos grandes y democráticos
de la muerte borran las etiquetas.
La raza a ella no le importa.
De crisálidas rubias
o pardas
ella saca igualmente mariposas
que de su oscuridad emergen.
Lo que la muerte muy bien sabe
nuestras menudas intuiciones
no lo juzgan plausible.
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